El segundo disco del cantautor venezolano explora, desde la primera persona, procesos expansivos incluyendo el de su propia estética
Víctor Amaya @victoramaya
Publicado en TalCual
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Es quizá uno de los productores venezolanos de la escena actial cuyos resultados son más limpios. Se nota que dedica gran parte del tiempo no solo a construir canciones, su letra, su mensaje, sino también a cuidar el sonido y a detallar que cada cosa suene como tiene que sonar.
En su nuevo disco, Espiral, explora la belleza expandiendo los horizontes de su repertorio. Se trata de música bien pensada que escoge el estilo a usar en consonancia con el contenido. Por eso hay piezas que se inclinan al pop y otras incluso a la balada romántica.
Es el segundo álbum como solista de Alfred Gómez Jr., quien en 2012 entregó Simple. Ahora, la estética incluye más pinceladas de blues y de soul. Se nota con la incorporación de sonidos de teclado clásico, primigenios y como de otra época, que juegan un rol fundamental en ubicar las emociones de las canciones. Ocurre, por ejemplo, en "Cada cosa en su lugar".
Otras piezas funcionan como páginas de un libro que va retratando vivencias. "El árbol de los frutos", la que abre el listado, se presenta en ritmo 3/4 y condensa vivencias de quien se maravilla ante el imponente Autana. Se trata de una sinceridad que va vertiendo el músico durante todos los 44 minutos totales, repartidos en 11 pistas.
El contenido de este trabajo está escrito principalmente desde la primera persona, desde la propia piel, desde la visión humana, subjetiva, descarnada. Mientras, su concepto explora el crecimiento, la progresión en forma de espiral, de adentro hacia afuera, sin perder el centro pero sin aferrarse a unos márgenes, en un movimiento que también permite volver al inicio. Ida y vuelta.
Así se evidencia en la canción que da título al LP, que explora el concepto a partir de su propio proceso de creación: el autor la compuso a partir de admirar al maraquero Manuel Rangel tocando y moviendo los brazos y los instrumentos generando un sonido que se difunde en ondas.
Así se evidencia en la canción que da título al LP, que explora el concepto a partir de su propio proceso de creación: el autor la compuso a partir de admirar al maraquero Manuel Rangel tocando y moviendo los brazos y los instrumentos generando un sonido que se difunde en ondas.
En la canción "Siempre escucha" canta como invitado Guillermo Carrasco, una de las voces más melódicas de la escena nacional. Una dupla lograda con tesón y talento. Alfred Gómez Jr. es su admirador, así que se le nota la emoción de trabajar con quien escuchó su música y quedó convencido. La canción, en tanto, reflexiona sobre la fe y la falta de ella, su cuestionamiento y la entrega.
Espiral está producido por Alfred Gómez Jr. junto a Max Martinez, con una lista de invitados más que respetable, incluyendo a Gonzalo Teppa, Edward Ramírez, Chego Cabrices, Gabriel Lamberti, José Ángel Regnault, Manuel Rangel, Reynaldo Goitía y Vladimir Quintero, entre otros.